Cuaderno de Bitácora

A finales de agosto, en Paraty, Sébastien se hizo cargo del Flor de la Pasión en calidad de su «nuevo» patrón. «Nuevo» entre comillas, porque este alsaciano-marsellés es una de las personas que mejor conoce el velero, ya que, desde el año 2009, ha sido su capitán en numerosas ocasiones.

En la siguiente etapa de la expedición hasta Argentina estará secundado por Yffig, contramaestre del Flor de la Pasión por enésima vez, y por Jean-Jacques, tercer oficial de cubierta. Esta campaña de navegación está consagrada por entero a los seis jóvenes de La Brigantine y a sus tres acompañantes (véanse las Noticias correspondientes).

Extracto del Cuaderno de Bitácora entre Paraty y Río antes de partir hacia el Sur.

«Yffig y yo salimos de Europa a finales de agosto, justo antes del otoño, y llegamos dos días después a Brasil, ¡en primavera, pero con un tiempo propio de Normandía! Tras relevar a la tripulación precedente, nos quedamos en Paraty durante unos días para ultimar varios asuntos pendientes. Dado que la semana anterior a nuestra llegada habían robado la semirrígida de a bordo tuvimos que comprar una auxiliar nueva antes de zarpar para Río. Tras varios días consagrados a trajinar en cubierta, en la sala de máquinas y en los vericuetos de la burocracia brasileña entre papeleos y autorizaciones, pudimos salir por fin en dirección a Río.

Ante nuestros ojos desfilan 370 islas, cada una más hermosa que la anterior, y el sol acude por fin a la cita. El Flor de la Pasión está en plena forma y, desde hace unos días, disponer de una nueva capota de protección contra la intemperie para el o la timonel construido en Paraty por Olivier, el segundo de la anterior tripulación. La Patagonia se acerca a toda velocidad y seguimos equipando al barco a la vista de las venideras travesías australes.

Entre Paraty y Río navegamos a motor, ya que todavía no nos han entregado las velas nuevas, bloqueadas en la aduana desde hace semanas por no sé qué rollos… burocráticos. La mayoría de las velas antiguas están ya muy baqueteadas, porque se montaron en el 2009 ¡y seguramente llevan encima ya casi 100 000 millas!

Las 90 millas que nos separan de Río nos han permitido poner a prueba los nuevos equipos del Flor de la Pasión que se instalaron el invierno pasado en el astillero de Portimão y que ni Yffig ni yo habíamos podido probar hasta ahora. De momento, el nuevo piloto automático es nuestro mejor timonel, y eso a pesar del fuerte oleaje del Sur que nos zarandea de babor a estribor. Salió airoso de la prueba. Hicimos la segunda parte del trayecto con un viento de cara de 25 nudos y una visibilidad mediocre.

Llegamos a Río el 2 de septiembre e inmediatamente subió a bordo Jean Jacques, recién llegado de Brest y que será el tercer oficial de cubierta. El 10 de septiembre acogeremos a bordo a La Brigantine y el 11 se nos entregarán por fin las velas nuevas después de mil peripecias… ¡administrativas! Es que en todas partes es igual: cualquiera que sea el país, Europa incluida, cuando llegas por mar, te das de bruces con una tonelada de papeles que hay que cubrir, firmar y sellar como si procediésemos de otra galaxia. A la gente la asustan los marineros, es evidente. ¡Siempre me pregunto cómo sería la cosa en la época de Magallanes!

Con la Brigantina a bordo y las velas nuevas, ¡estamos por fin al completo!

Por lo que respecta a los nuevos equipos, se me olvidaban los 450 metros de cabos amarillo fluorescente de polipropileno y de 36 mm de diámetro (250 kilos) que acabamos de adquirir pensando en las hermosas navegaciones por Tierra de Fuego. ¡Ahora sí que ya estamos listos para levar anclas!

El Flor está orgullosísimo de sus nuevas galas y esperamos terminar de ponerlas a punto a lo largo de las próximas semanas.

La salida está prevista para el 13 para una primera travesía rumbo a Isla Grande.

¡¡¡La aventura continúa!!!»