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Un velero suizo en la Gran Barrera de Coral australiana. Suiza y Australia, dos países en las antípodas el respecto del otro, aúnan sus esfuerzos y su visión de los retos medioambientales a través de su respectivas sociedades civiles para trabajar unidos a favor de un patrimonio universal que está en peligro. Esta es «la aventura dentro de la aventura» que dará comienzo el próximo 28 de marzo y que tendrá su punto de partida en Brisbane. Ese día, el queche de 33 metros de eslora Fleur de Passion, el mayor velero de pabellón suizo, zarpará de la capital de Queensland y se volverá a echar a la mar rumbo al norte, hacia la Gran Barrera de Coral. A bordo darán comienzo dos nuevos programas científicos que aportarán, cada uno en su ámbito, una significativa contribución a los esfuerzos globales a favor de este entorno amenazado.

El programa principal, que se desarrollará durante un período de un mes entre abril y mayo, se llevará a cabo en colaboración con la Universidad de Queensland en una zona específica de varios cientos de kilómetros entre Townsville y Cooktown. Bajo la dirección del Dr. Chris Roelfsema, del Remote Sensing Research Centre (RSRC), varios equipos de voluntarios y voluntarias se sucederán a bordo para efectuar el cartografiado de los arrecifes de coral en el marco de un proyecto conjunto de mayor envergadura que implica, además de a la UQ, a otros organismos australianos de investigación: The Australian Institute for Marine Science (AIMS), The Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), la James Cook University y The Great Barrier Reef Marine Park Authority (GBRMPA).

«A día de hoy, no existe una cartografía global de la Gran Barrera de Coral y su hábitat que describa su geomorfología o la composición de su comunidad bentónica», explica el Dr. Chris Roelfsema. «Sin embargo, dicha cartografía proporcionaría información de gran valor para, por ejemplo, el monitoreo y la gestión de determinados fenómenos como la decoloración coralina, el programa de erradicación de la corona de espinas o acantáster púrpura, o la delimitación de las reservas marinas. No se ha podido llevar a cabo por falta de recursos y de un enfoque adecuado para el cartografiado de los aproximadamente 3000 macizos coralinos que componen la Gran Barrera de Coral, la mayor parte de los cuales se encuentran sumergidos», prosigue el investigador.

Y añade: «Gracias al apoyo de la Fundación para la Gran Barrera de Coral, el RSRC encabeza actualmente el proyecto que pretende, precisamente, crear esta cartografía global que combine imágenes sobre el terreno y de satélite, modelizaciones y otros datos. Un estudio piloto ha permitido que Capricorn and Bunker Group pusiera a prueba esta iniciativa en 2016, y desde entonces la metodología está preparada para ser aplicada en 200 macizos coralinos de una región que abarca de Cairns a Cooktown. Será la primera de este tipo que se pondrá en práctica en una distancia de varios cientos de kilómetros y sobre tal cantidad de macizos coralinos, y dará lugar a una cartografía no solamente geomórfica y bentónica, sino que se ocupe asimismo del nivel del océano y de la climatología marina (wave climatology») de cada macizo de aguas superficiales de la Gran Barrera».

Para Chris Roelfsema, «la presencia del Fleur de Passion en la Gran Barrera de Coral en el marco de The Ocean Mapping Expedition llega en un buen momento, en la medida en que constituye una ocasión única para recoger datos sobre el terreno de 15-20 macizos y validar la cartografía de 200 macizos de esta región. Esta colaboración entre un velero suizo y el RSRC, con el apoyo de la embajada suiza en Australia, representa un mensaje claro que demuestra el interés internacional por la conservación del mayor arrecife de coral del mundo», celebra.

«Estos dos programas específicos de la Gran Barrera de Coral - con en RSRC y CoralWatch - se añaden a los que ya están en marcha desde que la expedición zarpara el 13 de abril de 2015, y que proseguirán por su parte», explica Samuel Gardaz: 20 000 sonidos bajo el mar, sobre la polución sonora de los océanos, en colaboración con el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la Universidad Politécnica de Cataluña, en Barcelona; y Micromégas, sobre la contaminación por microplásticos, en colaboración con la asociación ginebrina Oceaneye.

El RSRC: https://www.rsrc.org.au/